Mis patios

Hoy sentada en el patio de la planta baja de mi casa me he quedado fijamente mirando el limonero que está plantado en el patio del primer piso. Han venido a mi mente una sucesión de imágenes, vivencias y recuerdos de años que ya quedaron atrás y que tienen a este viejo limonero por testigo. Como cada año, luce sus fuertes ramas cargadas de grandes limones y flores de azahar, y desprende un perfume embriagador tan familiar y evocador... ¿Cuántas cosas debes saber, querido limonero, de todos los que se han paseado a tu alrededor? Si pudieras hablar quizás me contarías lo que has visto y oido, y tambien me hablarías de tu soledad, ahora que tu patio está tan vacío, ahora que estamos solos los dos. Tienes todo el patio para ti pero ya nadie te visita a diario ni se sienta a tu sombra a contemplar entusiasmado el revolotear de los gorrioncillos por tus ramas. Pero yo que te miro desde aquí abajo diría que pareces contento, se te ve feliz por el verdor de tus hojas y porque no paras de crecer y crecer, y de echar flores y limones. Será para darnos alegría y compañía al patio y a mí.

Pilar