Eso también es ganar. No negar la tristeza cuando viene a visitarme, no contener las lágrimas cuando se desbordan de mis ojos. Reconocer que también tengo miedo, que a veces quisiera escapar de mí y de mis pensamientos, salir corriendo de mis límites, que a veces no me entiendo, ni entiendo nada en este mundo loco, que no tengo siempre respuesta ni quiero tenerla, que no siempre puedo con todo, que sueño más de lo que duermo, que en ocasiones me abraza la melancolía y no me sale la risa, y no me escondo, no lo ignoro, porque así puedo escuchar a mi alma cada vez que me pide
Un abrazo. Como si lo hubiera escrito yo.
Eso también es sanar.
Tomado de la web.
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