Hay tanta necesidad y dependencia del mundo externo que no concebimos una vida sin éste.
Se vuelca nuestras capacidades, a conseguir todo afuera.
Eso es debido a la cobardía e incapacidad de soportar un rato con nosotros mismos y hacer frente a todo aquello que ocurre en nuestra mente.
Cuándo cada pensamiento se convierte en una flecha y cada emoción en algo doloroso, tendemos a huir a donde la mente no tiene capacidad de pensar…y ya no hay problemas
Para conocernos a nosotros mismos se requiere humildad, porque mirarse a uno mismo da miedo y es difícil, puesto que todo lo que se esconde dentro es tan bueno como creemos; Podemos temer que no nos guste quién descubrimos que somos, o que desafíe nuestros valores existentes También podemos temer enfrentarnos a partes de nosotros mismos que hemos reprimido o rechazado, por eso, exageremos nuestras puestas en escena “que es puro teatro” y de las negativas no queremos saber nada.
Esto es inversamente proporcional al conocimiento interior, valores y dignidad. Muy pocos dedican tiempo a esta maravillosa aventura; por ello tenemos tanta necesidad de aprobación, de reconocimiento, de halago vengan de quien venga lo importante es alimentar el ego y nos olvidamos de lo que realmente somos.
M.Pilar.
(Padre tu lo hubieras ecrito mucho mejor)