Que fatídica la tarde del 19 de Octubre, como cada año fui a
la suelta de globos rosa contra el cáncer de mama con el gran infortunio de tropezar,
caerme y romperme el humero.
Los huesos son duros y fuertes,
pero no en mi caso que los tengo frágiles como cristales debido a la artritis
que padezco desde niña, un hueso roto es algo serio y doloroso en cualquier situación
pero se duplica cuando ya hay problemas óseos.
Quienes están sanos y sin
dolor, es imposible que puedan entendernos, pues si no es, en momentos muy
angustiados no expresamos nuestro dolor con llanto, ni hay nada que pueda medir la intensidad de
dicho dolor como un termómetro mide la fiebre, pero sí que queda impreso en la cara
y en la tristeza de los ojos un rictus de suplicio.
El cuerpo humano tiene la capacidad de soportar tanto
emociones, sentimientos, placeres, alegrías, tristezas de la misma forma que
puede soportar también un dolor físico realmente insoportable.
Normalmente, cuando el
dolor se apodera de uno, por mucho que se intente dominarlo y pelear con la mente,
él yo entero se convierte en dolor………..cuando me duele yo soy mi dolor.
¿Sin dolor no hay
fortaleza?............preferiría ser débil.
Pilar